Francia suele ser una de las naciones más visitadas de Europa. Su gastronomía, su paisaje, su arte y su historia la hacen siempre aparecer en el top 5 de los destinos turísticos a nivel mundial. Pero Perú es de los países más visitados de América Latina: destacan sus civilizaciones ancestrales, complejos arqueológicos, parajes naturales y, cómo no, por sus delicias culinarias. Conoce más de ambos países en este duelo Perú vs Francia.
Si algo tienen en común los peruanos y franceses es su gusto por la comida. Por eso, el Perú ha sido catalogado como el Mejor Destino Culinario del Mundo por sexta vez por el World Travel Awards (2017). Sin embargo, Francia es considerada el país esencial para aprender sobre gastronomía, destacando siempre su alta cocina. ¿Cuál es el mejor?
Todos los grandes chefs están conscientes de incorporar la cocina francesa en sus quehaceres. La buena comida de los francófonos tiene el aderezo exacto, un olor que arrebata y un sabor equilibrado. El pan, los quesos, los postres y los vinos franceses son delicias que hacen agua la boca de cualquier comensal. Platos como los crepes (dulces o salados), el ratatouille, la sopa de cebolla o los dulces éclairs son indiscutiblemente deliciosos.
En el Perú, gracias a la mezcla de varias culturas, existen sabores únicos y formas de presentar los alimentos que sorprenden. Si bien su gastronomía ha sido influenciada por la cocina española de los colonizadores, la china y la japonesa por la inmigración; sus ingredientes tradicionales como la papa, el pescado, los ajíes, el tomate, el maíz y el limón le dan una particularidad única. Cada región tiene un plato tradicional y todos son imperdibles. Destacamos el ceviche, el chicharrón, el arroz con pato, el lomo saltado y mucho más.
La gastronomía peruana ha sido influenciada por la cocina francesa al momento de hacer ver la comida como una experiencia: en la presentación de los platos y en la conjugación de sabores a la hora de servir con el acompañante apropiado.
¿Cuál es la mejor? Como dicen, en gustos y sabores no han escrito los autores, aunque todos sabemos que la peruana es mejor. Para deleitar tu paladar, aquí te dejamos algunas fotos para que evalúes por ti mismo. Incluyen desayunos, platos de fondo y postres. ¿Con cuál te quedas?
La civilización incaica es una de las más antiguas del continente americano. Su nivel de desarrollo facilitó que existan pruebas de su existencia hasta el día de hoy, destacando como una sociedad avanzada, con un sistema especifico de creencias, leyes y manifestaciones culturales y arqueológicas.
No solo quedan como vestigios las grandes urbes como Machu Picchu, El Valle Sagrado u otros complejos arquitectónicos, también existen piezas de orfebrería, instrumentos de la vida cotidiana y el arte rupestre que muestran la maestría y el poderío de los incas y preincas. Asimismo, sus sistemas hidráulicos y las terrazas de cultivo siguen teniendo gran importancia en el devenir actual.
Por otro lado, Francia tiene entre su historia, además de toda la historia medieval, el origen de la cultura de La Tène, una civilización celta que se desarrolló entre los siglos V al I a. C. y se extendió por el país, Europa Central y las islas británicas. De esta civilización antiquísima se han hallado edificaciones fortificadas con casas de madera, y viviendas como asentamientos rurales en algunos valles, así como tumbas con muestras de dagas, broches, recipientes de bronce, cestos, entre otras cosas.
Uno de los asentamientos se encuentra en el Mont Lassois, en la región de Borgoña. Allí, entre hermosos paisajes de distintas tonalidades de verdes y cultivos de uvas Pinot noir, se puede visitar la reconstrucción de la tumba celta de la dama de Vix, una princesa o sacerdotisa que fue enterrada hacia el año 480 a. C. Su historia revela el comercio de la época, sus ritos funerarios y la importancia del complejo hallado.
Tanto en Perú como en Francia existen hermosos picos nevados que enmudecen con su belleza. En territorio peruano existe el Nevado Huascarán, con 6768 metros de altura, mientras que los franceses cuentan con la montaña más alta de Europa: el Mont Blanc, de 4810 metros.
Ubicada en Áncash, en el Parque Nacional Huascarán, la Cordillera Blanca del Perú esconde lagunas de origen glacial (aproximadamente 300), gran variedad de aves, como el imponente cóndor andino, y mamíferos diversos como el gato montés. A tan solo 8 horas en autobús desde la capital, se puede visitar este impresionante Patrimonio Natural.
Por otro lado, el Mont Blanc, en Chamonix, se encuentra a casi 7 horas en tren de la capital francesa. A sus faldas, el valle de Chamonix permite admirar el gran monte blanco y desde allí se pueden recorrer sus lagos, hacer senderismo, esquí y otros deportes de hielo.
Si bien ambos países están ubicados en continentes distintos, tienen muchos puntos en común como ser testigos de una civilización antigua y poderosa, tener un profundo amor por la cocina y compartir paisajes que dejan perplejos a sus visitantes. Celebremos este encuentro histórico recordando lo que nos hermana y disfrutando del buen fútbol.
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