redBus te trae una reseña del Parque Nacional Tingo María. Aquí encontrarás la cadena de montañas la Bella Durmiente, el circuito turístico Tres de Mayo y la famosa Cueva de las Lechuzas.
El departamento de Huánuco tiene entre sus maravillas a uno de los complejos naturales más bonitos del Perú: el Parque Nacional Tingo María. Es una reserva ecológica situada en el valle del Huallaga, caracterizada por su vegetación típica de la selva y por las distintas especies de fauna y flora que allí habitan.
Los objetivos por los que se creó esta reserva son varios. Entre ellos está la preservación de un gran complejo de cuevas, de las montañas que pertenecen a la cadena Bella Durmiente y, además, asegurar el desarrollo económico y social de las comunidades cercanas a través del crecimiento del turismo. Entre las especies de animales que se protegen están el ocelote, el oso perezoso, el sajino, el tigrillo, el gallito de las rocas, el cóndor de la selva, entre muchos otros. En cuanto a las plantas, se encuentran el cedro de altura, el tulpay, el huasai y otras fantásticas especies.
El Parque Nacional Tingo María se extiende por unas 4800 hectáreas aproximadamente. Los viajeros pueden realizar distintos paseos por sus bosques húmedos, cubiertos por neblinas a casi 2000 metros sobre el nivel del mar.
Para visitar este parque se puede partir de la ciudad de Huánuco. Desde Lima el pasaje en bus cuesta unos 50 soles, mientras que el viaje demora 10 horas en promedio.
También puedes partir de la ciudad de Tingo María, conocida como la “Puerta de entrada a la Amazonía Peruana”. El pasaje para llegar en bus cuesta 40 soles y el tiempo del trayecto es de 13 horas. Esta ciudad está ubicada en el departamento de Huánuco.
Es también llamada “Cordillera de la Bella Durmiente” o Puma Ringri, nombre en quechua que significa “oreja de puma”. Está ubicada exactamente en el distrito de Mariano Dámaso, a unos 690 metros sobre el nivel del mar. El clima es cálido y húmedo casi todo el año, con temperaturas mínimas de 18 grados y máximas de 29. Las montañas allí pueden llegar a los 1800 metros de altura.
El origen de su singular nombre se debe a que la cadena de montañas forma lo que parece ser la silueta de una mujer recostada en el piso, como si estuviese dormida. Las rutas de trekking para recorrer este atractivo comprenden caminos frondosos que sortean las montañas, las cuales están cubiertas de amplia vegetación debido a que forman parte de la región selva alta del país.
Te recomendamos evitar los meses entre enero y marzo, ya que durante esta temporada las lluvias son intensas, lo que dificulta las caminatas. Si prefieres evitar el senderismo y solo contemplar una vista panorámica de la cadena de montañas y la figura de la Bella Durmiente, puedes acercarte al mirador del Cerro San Francisco, en la parte norte de Tingo María. Desde allí tendrás una vista increíble de todo el paisaje verdoso que conforma este sector.
Si contratas el servicio de un guía profesional, además de llevarte por los más hermosos rincones de la cadena montañosa, lo más probable es que te cuente la leyenda que envuelve este lugar. Se dice que la figura de mujer que allí se divisa es en realidad la princesa Nunash. Cuentan que un joven llamado Cuynac se enamoró de esta doncella y atravesó la selva entera de la ciudad de Huánuco para sellar su amor con ella. Luego de vivir mucho tiempo juntos en un palacio llamado Cuynash y construido en honor a ella, fueron atacados por el padre de la princesa. Cuynac, gracias a sus conocimientos en hechicería, logró convertirla en mariposa para que pudiese escapar, mientras que él se transformó en piedra.
Ella voló a la selva en búsqueda de ayuda para la batalla y, después de derrotar a su padre y volver a su forma original, se dio cuenta que a su amado le era imposible hacerlo. Nunash se quedó dormida a su lado, esperando, y en sueños escuchó sus palabras: “Amada, no me busques, mi voluntad fue pedir a los dioses que me convirtieran en piedra y así me quedaré durante toda mi vida. Si en realidad me has querido y lo sigues haciendo, permanece a mi lado”. Nunash, en sueños, aceptó la propuesta y se convirtió en piedra, formando la figura de la Bella Durmiente.
Este destino turístico se ubica a 6,5 kilómetros de la ciudad de Tingo María, cerca de la cordillera de la Bella Durmiente. Si eres un amante de las cosas más extrañas que la naturaleza te puede brindar, este es un destino para ti. Se trata de una gigantesca cueva formada por piedra caliza, la cual es el hogar de una gran colonia de aves, reptiles, insectos y murciélagos. Pero no te preocupes, todos son inofensivos mientras no te acerques demasiado.
Para sorpresa de muchos viajeros, allí no existe ninguna lechuza. El atractivo es conocido como Cueva de las Lechuzas debido a un malentendido de los lugareños. Ellos pensaron que el guácharo, rey de la cueva, era una lechuza. En realidad es otra especie de ave nocturna que ha formado grandes colonias en esta gruta. Al igual que los murciélagos, se sirve de un sistema de ecolocalización para alimentarse y moverse. Es de color marrón con manchas negras y blancas, llega a medir unos 50 cm y se alimenta de frutos y semillas de las palmeras de yutubanco.
Si llegas a visitar la cueva durante el atardecer, escucharás los sonidos que los guácharos emiten. Este lugar es aún un misterio. Los investigadores autorizados por el Estado aún no recorren toda la gruta en su totalidad. Se ha avanzado solo unos 400 metros. No se conoce aún si al final existe otra salida o cuántos metros de extensión posee. Si les tienes miedo a los insectos, mejor ve preparado. En gran parte de la cueva se observan arañas gigantes y varios artrópodos. Sin embargo, lo más llamativo de la caverna son las estalactitas y estalagmitas que conforman las paredes.
Gracias a un camino fabricado de madera, podrás adentrarte cada vez más en la oscuridad de la cueva. Mientras más profundo entres, más escucharás el sonido del vuelo de los guácharos. Al final de la ruta, podrás ver el increíble paisaje formado por la luz de la entrada de la caverna y el bosque frondoso situado afuera. Todo hará de su visita un espectáculo único que no olvidarás.
Esta ruta fue inaugurada en el 2015 por PromPerú y las municipalidades locales. Se trata de un circuito turístico ubicado en el interior del Parque Nacional Tingo María. Brinda notoriedad a las comunidades locales a través del turismo vivencial. Además de visitar el parque, los viajeros pueden entrar en contacto con los pobladores. También se puede disfrutar de la gastronomía típica con los platillos que ofrecen.
La ruta Tres de Mayo se extiende por unos 5 kilómetros y comienza en el caserío Tres de Mayo. En el camino disfrutarás de cataratas como el Salto del Ángel, Gloriapata y Sol Naciente. El birdwatching o avistamiento de aves es una de las actividades principales en el trayecto. Además, si coordinas con tu agencia turística, puedes montar campamentos en el recorrido. También puedes alquilar los búngalos de bambú que se sitúan en los puestos de control en el camino. Todo debe tener el permiso respectivo del Servicio Nacional de Áreas Naturales Protegidas por el Estado (Sernanp).
El objetivo de este circuito es dinamizar el turismo local en el caserío de Tres de Mayo. Como mencionamos, la venta de comida en estos caseríos es una de las principales actividades y promotoras del turismo vivencial. Allí podrás disfrutar de platos típicos de la selva.
¿Ya estás listo para visitar cualquiera de estas tres maravillas? Disfruta de tu escapada al Parque Nacional Tingo María. Si quieres saber más sobre otros destinos turísticos en el Perú, visita nuestro blog de viajes. Allí encontrarás diversos consejos, guías, eventos, noticias y artículos de interés del turismo nacional para tus aventuras.
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