Según la leyenda andina, el Lago Titicaca es el lugar de nacimiento del Imperio inca. Conoce con redBus este legendario lugar, con espectaculares paisajes, magníficas puestas de sol y fascinantes comunidades isleñas.
En este apartado paraíso natural de la ciudad de Puno, los cielos azules contrastan con las noches muy frías. Cautivante y, en muchos sentidos, singular, el Lago Titicaca, azul y resplandeciente, es el hogar de antaño de las culturas altoandinas inmersas en las viejas costumbres.
Titicaca es el lago a mayor altura del planeta, y el centro de una región donde miles de agricultores se ganan la vida pescando en sus frías aguas, cultivando papas en la tierra rocosa de sus alrededores, o guiando a llamas y alpacas en altitudes impresionantes.
También es donde se adhieren tercamente vestigios del rico pasado prehispánico, resistiendo en siglos pasados la campaña agresiva de los conquistadores españoles para borrar las culturas inca y preincas y, en los últimos tiempos, el atractivo de la modernización.
Lugar de nacimiento de los incas
En la mitología incaica, el Lago Titicaca es el sitio donde Manco Cápac y Mama Ocllo emergieron de la tierra y dieron origen a la civilización inca. Ambos hermanos fueron comandados por Viracocha (el Dios creador del universo) para tomar su bastón sagrado y buscar una tierra donde este se hunda completamente. Ese lugar sería el centro del universo: Q’osqo (“ombligo” en quechua), donde construirían la capital del Imperio Inca. La civilización inca, entonces, según el mito, nació de las aguas cristalinas del Lago Titicaca.
Este lago azul turquesa era el cuerpo de agua más sagrado del Imperio y ahora es la separación natural entre Perú y Bolivia. Tiene una superficie que excede los 8000 km2, sin contar sus más de 30 islas. A 3800 metros sobre el nivel del mar, es el lago más grande de Sudamérica.
Para los viajeros, el Titicaca es fascinante no solo por su geografía excepcional, sino también por sus comunidades insulares únicas. Su historia humana es igual de impresionante: ruinas andinas de miles de años salpican el paisaje. Son recuerdos de las grandes dinastías que florecieron allí a pesar de la gran altitud, las temperaturas frías y los fuertes vientos. En un viaje al Lago Titicaca, puedes conocer e interactuar con los habitantes andinos y aprender más sobre cómo el entorno del lago forma sus tradiciones y estilos de vida únicos.
Las formas más comunes de acceder al Lago Titicaca son a través de sus ciudades más cercanas: la ciudad de Puno en Perú y la ciudad de La Paz en Bolivia. En nuestro país, puedes volar al aeropuerto de Juliaca o tomar un autobús a Puno. Esta última es una de las mejores maneras de apreciar el paisaje ondulado y las vistas panorámicas de la región de los Andes. De Lima a Puno, el viaje en bus dura 22 horas aproximadamente y los pasajes van desde los 100 soles.
El clima de la región es seco y fresco. La mejor temporada para visitar el lago es entre los meses de mayo y octubre, ya que los días son más soleados y los cambios de temperatura no son tan abruptos. En esas fechas, la temperatura promedio es de 25 °C, aunque las noches son frías y pueden alcanzar temperaturas inferiores a 0 °C, por lo que se recomienda usar protector solar para el rostro y labios, ya que la combinación de clima seco y luz solar puede maltratar la piel.
Esta reserva natural del Perú se creó en 1978 para la conservación y protección de la flora, fauna y belleza escénica del Lago Titicaca. También para mantener las tradiciones culturales de las poblaciones circundantes del lago y las relacionadas con el uso racional de los recursos.
La reserva se divide en dos sectores, uno ubicado en la bahía de Chucuito (sector Puno) y el otro al norte, denominado Ramis, en la provincia de Huancané. Este paraíso natural es una excelente opción para los amantes del turismo ecológico, el turismo vivencial y la observación de flora y fauna.
El Titicaca contiene diversas especies de flora, aves, peces y anfibios, algunos de ellos únicos en su especie, como el suche, carachi, pejerrey y boga.
Entre las aves, especies comunes son patos, flamencos, gaviotas, etc. También se han registrado docenas de especies nativas como parihuanas, gansos andinos, gacelas del Titicaca, chullumpis y avefrías andinas, así como algunas especies en peligro de extinción.
En la reserva también encontrarás doce variedades de plantas acuáticas representativas de la flora del lago, entre las que destacan las totoras y las algas. La totora, planta con un eje plano y flexible, como una especie de lengüeta, se destaca entre la flora y se utiliza como material para construir artesanías, casas y canoas. Estas últimas son características de la zona, más conocidas como “caballitos de totora”.
Los Uros son un grupo de islas artificiales construidas a partir de cañas de totora secas y tejidas a mano por sus habitantes. Las islas son el hogar de la comunidad nativa uru del Perú y forman parte de la Reserva Nacional del Titicaca. Son accesibles solo en barco.
Una visita a las islas de Uros destaca la fascinante historia del lago y de sus pobladores. Puedes admirar la belleza del Titicaca y la riqueza de sus alrededores, así como maravillarte ante la tenacidad y el esfuerzo de su gente, que logra preservar su cultura y estilo de vida, a la vez que se adapta a las condiciones modernas.
Asimismo, las familias de Uros dan la bienvenida a los visitantes para excursiones de un día y pernoctaciones. Una estancia en familia en las islas de los Uros es una excelente manera de experimentar la vida cotidiana en las islas y de ser partícipe de sus costumbres y tradiciones. Es una experiencia ideal para un fanático del turismo vivencial.
Con terrazas y andenes escarpados que le dan un toque encantador y misterioso, Taquile es una de las islas más hermosas del Lago Titicaca. Sus habitantes son una comunidad de habla quechua de aproximadamente 2000 personas dedicadas a la cría de animales de granja, el tejido y la producción de artesanías familiares.
Los pobladores de Taquile son hábiles tejedores y la economía local gira en torno a la producción textil. La mayoría de las familias son propietarias de ovejas y camélidos, que se apacientan colectivamente en pastos comunales. Su lana se recolecta para hilar y tejer hermosos textiles de los más diversos colores y diseños.
Además de las telas comerciales, que se consideran las mejores entre las comunidades del altiplano, los taquileños también fabrican piezas conocidas como chumpis y mantas, donde se registran los recuerdos orales y agrarios de las familias. En 2005, la Unesco declaró a los habitantes de la isla y sus textiles como “Obras maestras del patrimonio oral e inmaterial de la humanidad”.
Amantani es la isla más grande en el lado peruano del Lago Titicaca y es el hogar de una de las mayores poblaciones insulares de Sudamérica, con casi 4000 habitantes. Esta isla era un lugar atesorado para al menos dos civilizaciones precolombinas, los tiahuanaco y los incas. Ambos colonizaron sucesivamente la isla y establecieron una colonia permanente a pesar de los desafíos del clima y las alturas.
Amantani se encuentra aproximadamente a 25 millas de la ciudad de Puno y casi a tres horas de la orilla del Lago Titicaca. La isla presenta una amplia gama de recursos naturales –por ello debió haber sido tan atractiva para las civilizaciones antiguas–, incluyendo preciosas especies de flores andinas como la cantuta, un puñado de manantiales naturales que favorecen el crecimiento de pastos ricos y temperaturas bastante cálidas que posibilitan una combinación de agricultura familiar y actividades de pastoreo comunitarias.
Los habitantes actuales de Amantani complementan sus economías agrarias con la pesca de autosubsistencia, la artesanía y, lo más importante, el turismo. Los pobladores de la isla han estado a la vanguardia del turismo experiencial dirigido por la comunidad y respetuoso con el medioambiente. Por lo tanto, visitar Amantani se convierte en mucho más que una parada temporal parte de un viaje al Perú: es una forma integral de ver por ti mismo las formas en que se desarrollan las vidas locales en los Andes peruanos contemporáneos.
Espectaculares paisajes, magníficas puestas de sol, coloridos lugareños y vibrantes festivales te esperan en la región más conocida de Puno. Los paisajes deslumbrantes del lago navegable más alto del mundo te dejarán con sed de aprender más sobre la rica historia de la zona. Si deseas conocer más destinos para visitar en Puno o en otras ciudades del Perú, visita nuestro blog de viajes.
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