Viajamos a diario, nos movemos, nos mudamos, llegamos, partimos, nos encontramos y despedimos, conocemos a nuevas personas y nos alejamos de otras. “Después de un viaje tu forma de ver las cosas cambia”, es cierto. Y mirar atrás y recordar cómo empezó ese pequeño primer viaje es volver a vivir y sentir. Ese primer bus que tomaste, la primera vez que viste por la ventana y no sabias a donde ibas o que verías; bueno, ese mismo sentimiento de viajar en bus no ha desaparecido sigue ahí y ha sido parte de todos.
Nuestro Perú ha sido redescubierto por nosotros mismo muchas veces, no ha sido egoísta y ha dejado correr por sus rutas y ser testigos de su belleza y secretos a diferentes buses, que aun hoy las siguen recorriendo. El galán de Pomacocha fue parte y testigo de la inmensidad de la serranía, y es recordado con esa nostalgia que nos da recordar al compañero de viaje, como también lo fueron el Sudamericano, el aguerrido Norandino y las empresas de transporte Chinchaysuyo y Antisuyo. Más adelante encontraríamos a los buses pioneros que cubrían rutas que las personas necesitaban cada vez más; así pues encontramos en los años 80´s a un pionero tecnológico pero seguro bus Ormeño, al pegaso del querido Soyuz, al siempre profesional Tepsa y al todo-terreno Cruz del Sur. Escuchar el motor encenderse, y tratar de sentarse junto a la ventana para disfrutar en persona de esa aventura llena de paisajes y recuerdos son solo en resumidas cuentas dos de lascosas que harán de la experiencia de viajar en bus, inolvidable.