Foto: Flickr @Mihai
¿Estás pensando en aprovechar el pago de tus utilidades y conocer las bellezas naturales del Perú? En redBus te traemos un destino de ensueño: las cataratas de Gocta, un lugar ideal para aventureros extremos.
A 700 kilómetros de Lima, el Perú escondía hasta hace poco un lugar maravilloso lleno de misticismo y encanto: la Catarata de Gocta, una cascada de impresionante altura a la que los lugareños llaman localmente como “La Chorrera”. Este salto de agua posee una caída libre de 771 metros.
Este encanto natural se ubica en el departamento de Amazonas, específicamente en el distrito de Valera, cerca de Cocachimba y San Pablo. En los últimos años, viene perfilándose como una ruta de preferencia para los viajeros extremos.
Desde Lima hasta Chachapoyas son aproximadamente 25 horas de viaje por tierra. El costo del boleto más económico es de S/80. Luego de llegar a esta ciudad del norte peruano, hay dos formas de acceder hasta las cataratas de Gocta: por los poblados de Cocachimba o San Pablo.
Si quieres disfrutar al máximo de tu visita a las cascadas, evita hacerlo en temporada de lluvia. Esta comprende los meses de octubre a mayo. Tanto en Chachapoyas como en Cocachimba o San Pablo puedes encontrar diversas opciones de servicios turísticos para llegar hasta Gocta. Allí podrás elegir la que mejor se ajuste a tu presupuesto.
De igual forma, en la ciudad o en los caseríos antes mencionados, puedes encontrar varios establecimientos de alojamiento. Es importante mencionar que llegar hasta el salto de agua no es nada fácil; el camino de ascenso exige del viajero tener excelentes condiciones físicas. No obstante, existe la opción de alquilar caballos en Cocachimba o San Pablo; así puedes hacer la ruta un poco más accesible.
La catarata de Gocta se sitúa a 44 kilómetros al norte de Chachapoyas. El trayecto en auto toma una hora. Al llegar a Cocachimba, iniciarás una caminata de aproximadamente 6 horas (ida y vuelta), en la que atravesarás el extenso bosque rodeado de neblina.
Desde Chachapoyas hasta el caserío de San Pablo hay, igualmente, una hora de distancia. A partir de allí comenzarás a descubrir un camino de ascensos y descensos que tendrán como premio la impresionante vista de Gocta. Esta es la ruta de mayor extensión, ya que el pueblo tiene mejor infraestructura turística en comparación con Cocachimba.
Fue en el año 2006 que un explorador de origen alemán se atrevió a llegar hasta el corazón de la catarata. Hasta entonces, era un lugar inexplorado, ya que los pobladores temían aventurarse en el yacimiento de la cascada debido a una leyenda que existía en la región.
Generación tras generación, se consolidó una historia entre los locales que contaba la existencia de una sirena de cabello rubio que habitaba la laguna formada en la parte baja de la caída de agua. Utilizando su belleza, encantaba a los hombres que se acercaban hasta el lugar, logrando arrastrarlos hasta las profundidades.
Stefan Ziemendorf se topó con la catarata en el año 2002, cuando hacía una investigación en los templos funerarios de la región. Luego de conversar con otros investigadores, concluyó que el lugar nunca había sido estudiado, por lo que, en el 2006, decide volver y apoyarse en la guía de los lugareños para llegar hasta Gocta. Su objetivo era medir la longitud de esta maravilla natural.
Como parte de su equipo de exploración, también contó con la ayuda de un ingeniero, pieza clave para llevar a cabo su meta. Como resultado, Ziemendorf dejó constancia de que, en todo el camino hacia la catarata de Gocta, hay un total de 22 caídas de agua. Dos de ellas, las más importantes, registran las siguientes marcas: la primera tiene 231 metros de alto y la segunda, 540 metros. Entre las dos, forman un impresionante conjunto de 771 metros.
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Foto de portada: Flickr @Mihai
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