En el departamento de Ayacucho existe un hermoso valle de gran diversidad de flora y fauna. Uno que posee un clima ideal, soleado y con brisas que aumentan el aroma de los bosques de eucaliptos que lo rodea. Se trata del Valle del Sondondo, ubicado en la provincia de Lucanas, a 3,550 metros sobre el nivel del mar.
Valle del Sondondo. Foto: cultura.gob.pe
Desde Lima, hay varias formas de llegar al Valle del Sondondo. La primera opción es tomar un bus hasta Huamanga (el pasaje en redBus cuesta entre 35 y 90 soles y el viaje demora 9 horas en promedio) y luego dirigirse en auto o combi a la provincia de Lucanas, para finalmente llegar al distrito de Andamarca.
Otra forma de llegar es vía Ica (6 horas desde Lima y con un costo de 40 a 120 soles aproximadamente), luego trasladarse a Pampas Galeras, Puquio y, por último, al distrito de Andamarca, desde donde se inicia la travesía.
Para planificar un viaje ideal al Valle del Sondondo, es preferible elegir el mes de agosto. ¿Por qué? El 15 de dicho mes se celebra la Festividad Patronal de Sondondo a la Virgen de la Asunción, que es la celebración más importante del lugar. Durante varios días se llevan a cabo distintas actividades, entre culturales, religiosas y artísticas.
Otras fiestas tradicionales son el Festival de Humita y Canotaje (Abril), las Fiestas patronales en honor a San Pedro (29 de Junio), la Fiesta patronal San Isidro Labrador (26-30 de Agosto) o la Fiesta del Agua (Setiembre).
Es un espacio misterioso con una geografía fascinante, que no solo encierra una gran biodiversidad y riqueza cultural, sino también varios sucesos históricos importantes para el Perú.
Este espacio natural posee quebradas estrechas y profundas, y su clima favorece la producción de frutas y tubérculos. La temperatura varía entre 14°C y 24°C, con un promedio de humedad de 55 %. Un clima propicio para huir de la humedad de Lima.
Se puede divisar una amplia vegetación, con muchos tipos de plantas como eucaliptos, retamas, molles, maguey, entre otras. Los paisajes son otra historia: bellas obras de arte naturales entre cuencas, quebradas, mesetas y montañas. Son escenarios que invitan a los viajeros a la práctica de ecoturismo y donde cada foto se parecerá a una auténtica postal.
Además, el Valle del Sondondo es uno de los mejores ejemplos de ocupación y manejo sostenible en los valles de los Andes del Perú. Muchas culturas han pasado por aquí y hasta la actualidad existe actividad agropecuaria sostenible en las poblaciones locales.
En esta zona se han registrado vestigios de la Cultura Wari y de la Cultura Inca, cuyos miembros se adaptaron a este paisaje natural para crear infraestructuras de producción agrícola y pecuaria.
Este valle fue la cuna del gran cronista Felipe Guamán Poma de Ayala, es por ello que tiene un monumento en la Plaza Mayor de Sondondo (en el pueblo de Sondondo, dentro del valle), junto a las construcciones coloniales que rodean la Plaza de Armas y la iglesia principal.
Algunos atractivos turísticos del valle son la Catarata de Limayhuacho, ubicada muy cerca del pueblo de Sondondo. La imponente caída de agua es de aproximadamente 100 metros de altura.
Con sus 150 metros de largo, el túnel San Cristóbal es otra atracción de Sondondo. No es recomendable para viajeros que sufren de claustrofobia, pero cruzar el túnel es una experiencia única. Está rodeado de abundante vegetación, agua y paisajes.
En Ayacucho hay muchas agencias turísticas y la mayoría de ellas ofrecen paquetes turísticos al Valle del Sondondo.
Como viajero, hay que prepararse para ver los sitios arqueológicos que se visualizarán durante el recorrido, los centros rituales de misticismo, los bosques de piedras, fuentes de termalismo, andenes, acueductos subterráneos, cataratas, el majestuoso vuelo del cóndor, vicuñas y, sobre todo, participar del turismo vivencial junto a los pobladores que aún mantienen las tradiciones de nuestras culturas ancestrales.
Sondondo es cuna de los reconocidos danzantes de tijeras, declarado Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO y ruta literaria y turística de José María Arguedas.
Aquí también se puede apreciar vestigios de otras culturas como de los Antamarkas, Rucanas, Anqaras y Soras. Además de Sondondo, en el valle también se encuentran los pueblos de Andamarca, Cabana Sur, Aucará, Chipao, Mayobamba, entre otros.
Si se contrata el tour desde la ciudad de origen del viajero, el primer día se inicia con el arribo a Ayacucho. Aquí hay que preocuparse por el proceso de aclimatación, pues el recorrido se efectuará a más de 3 mil metros sobre el nivel del mar.
Con mate de coca, algunas pastillas y horas de paseo, es suficiente para aclimatarse y evitar los síntomas del mal de altura. Se puede pasar el día visitando la ciudad de Ayacucho, sus iglesias, casonas, miradores turísticos, entre otras atracciones.
Aquí comienza la aventura. Al inicio de la ruta del Valle del Sondondo, se atraviesa la llanura de Morochucos, el puente colgante de Tincoq sobre el río Pampas, Huancasancos y Putaccasa. El paisaje andino allí no tiene comparación y el pico máximo del recorrido es 4,200 m.s.n.m.
Los guías turísticos dejan tiempo suficiente para apreciar la fauna andina, como patos silvestres, yanawikus, gaviotas, zorros, alpacas, llamas, guanacos, y vicuñas.
La ruta continúa con la visita al bosque de piedras Pumaranra, el cual tiene un origen volcánico. Después los turistas se topan con el centro ritual cosmogónico más importante de los periodos Wari e Inca, el Apu Osqonta, tallado en tres inmensas plataformas sobre roca natural a 5,200 metros de altura sobre el nivel del mar.
Los viajeros suelen dejar alguna ofrenda en señal de buen augurio para los dioses andinos. Luego se llega al pueblo de Andamarca, en donde los habitantes aún preservan las tradiciones ancestrales para su organización, agricultura y espiritualidad. Es posible encontrar hospedaje allí.
Después de un delicioso y nutritivo desayuno en Andamarca, se camina en dirección al mirador de Qhanopata. Desde allí se puede apreciar uno de los espectáculos más famosos en el Perú: el vuelo del cóndor, el ave no marina más grande del mundo, considerado el rey de los cielos de la Cordillera de los Andes.
El valle del Sondondo es el hogar de centenares de cóndores que para alegría de los turistas “ofrecen” un vuelo en espiral y posan sobre las rocas. Este valle es el hábitat natural y la fuente más grande para esta ave, pues desde aquí salen parejas de cóndores para poblar otros sitios en los Andes.
Es por ello que este valle es una Área Protegida o Zona de Reserva de Cóndores, la más grande del Perú. Después de presenciar este inolvidable espectáculo, la ruta sigue hasta el pueblo de Chipao, donde se podrán visitar los mini volcanes y las aguas termales medicinales.
El día termina al retornar al pueblo de Andamarca y conocer la Ciudadela de Caniche, las andenerías de tradición Wari, para finalmente visitar el Museo de los Danzantes de Tijeras.
Los pobladores del distrito de Andamarca suelen deleitar a los viajeros con manifestaciones de rituales, relatos de leyendas, mitos e historias andinas. Además, tocan el arpa y el violín en demostraciones musicales.
Este circuito de montaña es de dificultad avanzada, y para los viajeros que desean combinar los paisajes y los espectáculos naturales con momentos de adrenalina y aventura extrema. El recorrido es largo (61 kilómetros en total), por lo que se sugiere estar en muy buenas condiciones físicas.
La ruta comienza en el distrito de Andamarca, considerado la puerta de entrada al Valle del Sondondo.
Es necesario contratar a una agencia turística para realizar este circuito, la cual también puede brindar las bicicletas especialmente fabricadas y adaptadas al terreno agreste. Al iniciar, se recorre una pendiente de dificultad moderada hasta el complejo arqueológico de Caniche, con el objetivo de observar la andenería de la Cultura Wari.
Luego, continúa el pedaleo hasta el poblado de Mayobamba en donde se colocan las bicicletas a un lado para ser testigo de los vuelos de los cóndores, considerado por muchos como el atractivo principal del valle. Los baños termales en Mayobamba son ideales para relajar los músculos y recuperar energías para seguir con el circuito.
El final de la ruta ciclista es el pueblo de Chipao, con la visita al complejo arqueológico Chipaomarca y el Bosque de Puyas Raimondi.
Para regresar al pueblo de Sondondo se toma un antiguo camino Inca que bordea el río Mayobamba, dentro del cañón del Sondondo. En este trayecto se cruza un molino hidráulico, la catarata de Limayhuacho y, además, se observan los clásicos paisajes andinos montañosos.
Ya en el pueblo de Sondondo, comienza la subida hacia el poblado Cabana Sur, con su particular iglesia y las lagunas Huasonjocha y Jolpajocha. La última parte del circuito se hace por la carretera entre Cabana Sur y Andamarca. Pero es aquí donde más se sufre pues los últimos 350 metros para llegar a Andamarca son de elevación vertical.
En los pueblos que forman parte de la ruta hay muchos restaurantes en donde probar la gastronomía local y tradicional de la región Ayacucho.
Uno de los principales potajes para disfrutar es la humita, una especie de pastelito de choclo o maíz tierno, relleno con queso y cocinado al vapor.
Es menester pedir una sarapela (sopa de mote). Para prepararla, los lugareños remojan un día antes el mote para que se suavice, luego se prosigue a hervir el mote acompañado de la carne de res y sus condimentos. Es un plato tradicional que se sirve con frecuencia durante las festividades.
La trucha frita es un plato especial, ya que en el río de Sondondo existe una gran variedad de este pez, el cual se prepara acompañado de ensaladas, choclo y papa.
No hay que olvidar el olluquito con carne, un plato que se prepara a base de ollucos escurridos que se cocinan con perejil y otros condimentos.
En cada restaurante sirven el kanchi o la “cancha”, maíz blanco tostado que se sirve en un pocillo a gusto del comensal. Su preparación aquí es especial, pues se coloca el maíz cancha en una cayana de barro, lo que le da un sabor diferente.
En el caso de las bebidas, lo más recomendable es probar el sora aja (chica de jora de maíz) y el molle aja (chicha de molle).
En los pueblos del Valle del Sondondo hay opciones económicas para pasar la noche, incluyendo refugios para turistas. Pero si se decide prolongar más el viaje, en el departamento de Ayacucho hay hoteles para todos los bolsillos. Sin embargo, si se tiene planificado viajar en Semana Santa o en fechas festivas, lo mejor será reservar cuartos de hospedaje con al menos uno o dos meses de anticipación.
Entre los hoteles más recomendados y céntricos se encuentran el Hotel Las Américas (en la Avenida Asamblea), el Hotel Santa Rosa (en el Jirón Lima), el Hotel Colmena (en el Jirón Cusco), y el Hotel Misky Samay (en la calle Francisco Vivanco).
Ayacucho tiene decenas de atractivos turísticos y el Valle del Sondondo es solo uno de ellos. Disfrutar de los paisajes naturales, de las tradiciones, y de la flora y fauna andina, no tiene precio. Si quieres conocer sobre otros destinos igual de hermosos en el Perú, visita nuestro blog de viajes.
Créditos de portada: Google Plus | Pacual Marino Flores Tito
Madre de Dios, conocido como el "Corazón de la Amazonía Peruana", es uno de los…
El fin de año es una época especial para reunirse con la familia y amigos,…
La Batalla de Ayacucho, librada el 9 de diciembre de 1824, marcó el fin de…
La ciudad de Moquegua, ubicada en el sur del Perú, es conocida por su rica…
Ubicada en la costa norte del Perú, Chimbote es un destino que fusiona a la…
Si estás buscando el destino perfecto para unas vacaciones relajantes o una escapada llena de…