Arena y aventuras, insolación (¡lleva bloqueador!), momentos de reflexión, desiertos, dunas por montones y bellas (e inexistentes) sirenas, te esperan en este recorrido por la ruta hacia Huacachina, la laguna más famosa del sur peruano.
Todos alguna vez hemos fantaseado con la idea de perdernos en un desierto… ok, no, pero sí que nos gustaría mucho perdernos en la placentera experiencia de estar en un oasis, y qué mejor que en un oasis ¡en medio del desierto! rodeados por imponentes dunas.
Este oasis te resultará mil veces más refrescante que encontrarte con una Coca Cola en el desierto, ya que es un lugar lleno de misticismo y caluroso encanto natural.
Yéndote por el sur, como quien sale una mañana de su casa a comprar el pan y decide no regresar, te encontrarás con la ciudad de Ica, a 5 horas de viaje (o menos) desde Lima.
Esta es la primera parada que deberás hacer antes de emprender tu desértica y paradisíaca aventura.
En Ica no te garantizamos el goce, ya que al ser zona urbana el caos vehicular y el tráfico te recordarán a la rutinaria tortura de la vida de ciudad.
Pero de todos modos, no desaproveches el tiempo y date una vuelta por los lugares de interés más concurridos, como el Museo Regional, el Palacio Municipal o los bares y restaurantes donde comerás buenazo y podrás dar rienda suelta a tus instintos alcohólicos probar el tradicional pisco, bebida más representativa de Ica y del Perú y del Mundo! (no por nada se le conoce como la capital del Pisco).
También encontrarás algunas famosas destilerías donde podrás conocer el proceso de preparación del pisco y de pasada tener un motivo más para seguir tomando.
Una vez que te hayas embriagado termines tu breve recorrido por Ica, ya será momento de que descubras si ese oasis del que tanto se habla, existe o es solo un espejismo turístico.
Tienes 2 opciones, no son las ideales, pero… ¡a nada!
Chapar un taxi o subirte a un mototaxi (híbrido entre una moto y un triciclo de aspecto colorido)
El trayecto hasta ese mágico y legendario oasis toma aproximadamente 15 o 20 minutos (son 5 km. nada más, también podrías caminar y morirte de calor en el camino, pero no lo recomendamos).
Los taxistas podrían cobrarte entre 10 y 15 soles de Ica hasta allá, pero amenázalos con irte en mototaxi regatea, podría salirte a 8 soles 😀
Si te gusta lo fuera de lo común y vives al límite, entonces el mototaxi es perfecto para ti. Este medio de transporte te resultará más económico, aunque menos seguro y más incómodo.
El Chofer te cobrará entre 5 y 7 soles, pero como suponemos que eres un maestro(a) del arte de regatear, sabemos que no pagarás más de 6 soles 🙂
Antes de que bajes del taxi o la moto, esperamos que tengas todo lo necesario para que lo pases súper increíblemente hiper genial y no tengas ninguna complicación en tu camino.
Pero por si las dudas…
Así es, Huacachina es el nombre de la laguna a la que acabas de llegar (leyendo este artículo, porque todavía no viajas).
En los últimos años la actividad turística ha crecido en un 40000% en realidad no estamos seguros de cuánto, pero sí de que es demasiado por lo que la cantidad de hospedajes, restaurantes y servicios te podría parecer excesiva. Aunque por otro lado, tendrás variedad.
El agua de la laguna es de color verde esmeralda, por si te estabas preguntando ¿de qué color será la laguna? No se te vaya a ocurrir bañarte en ella ¡eh!
Además de los hospedajes y restaurantes, encontrarás un malecón y varios botes rodeando la laguna.
Los botes podrás alquilarlos por 20 minutos o más pagando de 10 a 15 soles. No olvides regatear, siempre regatea, regatea hasta con tus amigos.
Al pasar por el malecón verás una estatua de sirena (te dijimos que habrían sirenas, no las de verdad, obvio) que rinde homenaje a la leyenda más difundida sobre el origen del lago.
Cuentas las lenguas ancestrales que Huacca China era una hermosa y joven mujer indígena que se enamoró de un valeroso guerrero (musculoso y con mucho estilo)
La historia se vuelve triste cuando el guerrero muere en una de sus muchas batallas, dejando a Huacca China sola y con el corazón destrozado (love will tear us apart…)
Tanto sufrió y lloró Huacca China por el infortunio de su amado que sus lágrimas formaron un lago… así es, un lago! por eso te dijimos que mejor no te bañaras en él. Y fue en el lago de sus lágrimas donde ella, escondida de la mirada de algún eventual extraño, se terminaría convirtiendo en una preciosa y enigmática sirena… interesante, ¿no?
En la entrada de la laguna encontrarás los servicios de BUGGYS o simplemente “tubulares” (o ya si quieres “areneros“).
Son uno de los motivos por los que la gente viaja hasta la Huacachina, con la intención de “surfear” una buena duna.
Estos carros tubulares buggys areneros etc etc etc. son la sensación. Los precios varían dependiendo del servicio que adquieras, pero para que te hagas una idea, hay desde 25 hasta 70 soles (incluso de más).
Como en casi todo, tendrás que regatear para obtener la mejor oferta.
Por lo general todos los servicios de Buggy se realizan en la tarde, ya que hacerlo por la mañana -cuando el sol y el calor son más fuertes- sería ardiente masoquismo.
El servicio incluye el recorrido por las dunas en el tubular y la práctica del sandboard (¡oh sí!, ¡sandboarding!).
Los carros tubulares te llevarán hasta las dunas, desde donde podrás lanzarte en tabla con la esperanza de no caer de cara, demostrando tu gran destreza y habilidad para los deportes de aventura.
Si te estabas preguntando si el servicio incluye dejarte el carro para que lo manejes a tu antojo, pues permíteme pincharte el globo.
Los buggys solo pueden ser manejados por sus propios conductores (los que te prestan el servicio), ya que ellos están capacitados para maniobrar en el desierto, haciendo de tu experiencia placentera y segura, muuy segura.
Luego de haber sobrevivido al ardiente sol del desierto, es hora de ser compensados por las quemaduras y la deshidratación con una de las mejores puestas de sol que se pueden apreciar en esta parte del continente.
Para hacerlo solo deberás subirte a una de las dunas, tomar asiento, despejar la mente, respirar hondo y esperar.
Hazlo a eso de los 5 o 5:30 p.m. Porque trepar hasta la parte alta de la duna te cansará y mejor es si lo haces con tranquilidad, caminando a tu ritmo.
Una vez ahí, espera a que el sol se ponga y haga lo suyo, yéndose con estilo. No te arrepentirás de ver este espectáculo natural libre de I.G.V.
Si ya te entraron las ganas de comprar el bloqueador y hacer la maleta, te dejamos estos pasajes de bus (link link link!) para que vayas planificando tu escape al oasis de la Huacachina y sus dunas.
Sabemos que lo estás pensando, pero mejor ¡no lo pienses! ¡viaja a la Huacachina! 😀
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